Frikis, reuníos!

El mundo es de los frikis. Todo el mundo lo sabe, pero prefieren ignorarlo y continuar con sus vidas, familias, hipotecas, convencionalismos sociales y lobotomías varias. Ellos disimulan, nos miran de reojo, con recelo. Saben que lo sabemos. Tenemos el control... de nuestras mentes, que ya es pedir mucho.

sábado, 26 de octubre de 2013

Aniversario de Holocubierta: haciendo amigos casi sin querer...

Este sábado 26 en Generación X de Puebla, esa pobre gente sacrificada en aras de un mejor mundo friki, recibía a los chicos de Holocubierta para que celebraran su tercer aniversario. Y por supuesto, detrás de los Holocubiertenses aparecíamos nosotros, ansiosos de partidas. Y de lo que nos dieran.

En mi caso el ansia era grande, pues la semana había sido de órdago, tanto que me compré un predictor ante el convencimiento de que sólo me quedaba estar en cinta de gemelos.

¿Que no me creeis? Lo vais a flipar: tal era el caos y mis nervios por jugar en este evento una partida de Mouse Guard (el próximo lanzamiento de la editorial), que me equivoqué escribiendo un mail para confirmar mi asistencia y se lo envié a los chicos de Nosolorol, la "competencia". (Hay que decir que este mismo sábado los de Nosorol hacían sus jornadas de puertas abiertas en Madrid, cosa que leí en su newsletter de hotmail y que colaboró intensamente en mi caos cerbral, ya de por si enorme. Por cierto, vaya tela, dos eventos así el mismo día...)Todo esto sucedió en tiempo real en el facebook y, entre risas y mail de disculpas, me gané este meme:

De cagarse. Eso si, los chicos de Nosolor se rieron (nos reímos) tambien bastante de mi error, pero gané unos cuantos amiguetes. Supongo que esto ha entrado a formar parte del inconsciente friki-rolero español.

Pues nada, allí estaba a las once y rápidamente todo el mundo me recibía con un cariñoso "ah, tu eres el del mail a Nosolorol"

Mientras llegaba la gente -éramos ya más de veinte, al final pasamos de los treinta- la editorial presentó sus nuevos proyectos, los más espectaculares referentes a su "crowfunding foil" de La Marca del Este en USA, dados de Qworkshop incluídos, así como la inminente publicación de Ars Mágica y el estupendo Mouse Guard. Aplausos, risas y tal, cupcakes de regalo y gominolas gratis, se reparten las plazas. Tengo una en Mouse Guard, mi ansiada meta, pero la cambio a jugar por la tarde ya que había gente que no podía quedarse a ese turno, así que por la mañana juego una introductoria a Z Corps.

Elijo de personaje a una actriz porno, Anita Dark, nacida en Hungría, muy en forma físicamente y empresaria de éxito, una persona muy alejada en su vida diaria del papel que interpreta en sus películas. El resto del reparto eran en gran parte trabajadores de una bolera americana, que era el sitio dónde estábamos todos y donde se desarrollaba la acción.

Si amigos, Anita Dark existe. Y es ésta de arriba. Lo demás es mentira.

 

Risas, nervios y comprobación de que es un juego dinámico, movidito y bastante mortal, con un trasfondo manido como es el del apocalipsis zombie pero que a pesar de haberse repetido hasta la saciedad funciona. Por supuesto aguantamos el primer embite pero poco más. Dejé una zombie maciza recorriendo las calles de Estados Unidos...

Terror en la bolera.

Fuimos a comer y me metí en buffet de comida oriental donde me comí hasta la mesa. A las cuatro y media estaba ya buscando nuevas aventuras. Para ello decidí ser un ratón.

...y me llamaba Robin, uno de mis apodos facoritos. Un joven ratón, novato en la Guardia Ratón, deseando ganarse su capa. En la mesa, otros ratones, curiosamente los compañeros de por la mañana en el Z Corps, miembros del club de rol y juegos Zona Oscura. Dirigía la partida Jose Manuel "panda", este chico que no para de tener proyectos y responsable del Héroes (se me olvidó llevarle el juego que me regaló Carlos Wurt para que me lo firmara)

Robin y su lanza. A mi la guardia!

Mouse Guard es UN CACHO DE JUEGO. Huele a bosque, a leña ardiendo en la chimenea, humo de pipa, amistad, riesgo, musgo y aventura. Me recordó mucho al Anillo Único, y no solo por la ambientación, si no a las posturas o tácticas que deben desplegar los ratones en el combate... Algo muy parecido a El Anillo Único. Lo que pasa es que aquí es más táctico: se desconoce el orden de esas acciones que son ataque, defensa, finta y maniobra, con sus ventajas y desventajas. A su vez "el contrario" dispone de las mismas acciones, o tácticas. Del enfrentamiento de ambas se consiguen derrotas o victorias. Como decía Panda "esto sobre el papel parece complicado pero en el juego no lo es". Efectivamente, a mi no me lo pareció nunca. Eso si, hay que decir que el grupo, para ser la primera vez que jugábamos todos a este Mouse Guard, lo hizo fenomenalmente, lo que significa que a nuestra habilidad como jugadores hay que añadirle que el juego te aboca a una lógica emocionante y práctica.

Nuestro grupo fue elegido por la matriarca de los Guardia Ratones para "repartir el correo". Y eso hicimos, sorteando peligros mil, neveros traicioneros (eran los primeros días de la primavera) e incluso nos atacó un cuervo... Olvídense de tópicos: en este juego un cuervo es de cagarse, el equivalente a un enemigo chungo de D&D o Pathfinder.

Todos unidos, muy unidos y colaboradores, conseguimos sobreponernos a todo (incluído unas tiradas de dados lamentables) y llevamos a buen término nuestra misión, de ida y vuelta. Y mi personaje se ganó su capa, de color naranja, por ser el color del sol, del que dicen que me ilumina.

Los valientes ratones

Pedazo de juego, de ambiente, de grupo, de máster y de todo, joder.

Con un sorteo de productos variados de la editorial finalizaba el evento y yo me marchaba con la sensación de que mi semana horribilis se había salvado con éste sábado. Y eso sí, cuando salí a la calle y a la normalidad no paraba de pensar en esos seres pequeñitos que nos rodean y que casi no vemos.

Enhorabuena a todos, a los premiados y gracias a Holocubierta. Hacéis que esto luzca.

 

viernes, 11 de octubre de 2013

Por los ojos muere el pez: Krossmaster Arena y Al Filo del Imperio.

Fue decir que a ver si ahorraba más y tachán, compras compulsivas no planificadas. Con lo nuevo de Star Wars ya contaba, pero con el Krossmaster no. Lo vi en Generación X en uno de nuestros martes de rol y me pareció tan bonito... Tan bonito... Y me lo pillé. Y si, es más bonito que todo lo que os hayan dicho. Y mola un huevo: es un heroclix de muñecos chulos y cabezones, sencillo (lo estoy probando con mi novia) pero con múltiples posibilidades. Visualmente de cagarse, tutoriales a tutiplén para empezar y, lo peor de todo, sacacuartos máximo, pues hay figuritas a parte de lo que sale en la caja (me he pillado ya una)...Y las expansiones que quedan por venir... Hijos de p...

Weeeeeeeee!!

Al Filo del Imperio cumple con las expectativas: entra por los ojos y así, a primera vista, el juego se ve compacto y muy jugable. Me han gustado mucho, mucho, los cuadernos de personaje. Aunque "cierran" un poco las posibilidades de partidas al margen de la que viene en la caja, eso de que incluso venga la opción de subida de nivel. Mola. Por cierto, la caja donde viene el juego no tiene nada que ver con la calidad de la de Dragon Age, o las de Pathfinder: el cartón es más malo que el de los cereales del Día.

Poderosa la fuerza es.

Uno más de la familia.

En fin, que así son las cosas y así se las hemos contado: un juego de mesa para darle al combate y uno de rol para perderse en las Galaxias, cosas imposibles en este país. Por ahora.

 

lunes, 7 de octubre de 2013

Jugando a Pathfinder cartas: reencuentro tras reencuentro

Este Domingo me he reencontrado con muchas cosas: la primera con mi amiguete Javier Salmerón, un tipo simpático, amigo de otros amigos y que, por cosas de la vida, no tuve mucho contacto con él en el pasado y menos aún en los últimos años... Pero el facebook está ahí para muchas mierdas, pero también para unirte con gente que mola.

La segunda con los juegos de cartoncitos. Y es que desde mi compra compulsiva del Warhammer 40.000, mis participaciones en todo tipo de torneos, hasta con mi novia y demás, lo de los cartones no me tiraba. Por pelas, por tiempo y por psicopatía obsesivo compulsiva.

La tercera con Pathfinder. Si. En otro formato. Ahora juego en la Society, con el Chetos club, los martes en Generación X... Y este domingo a Pathfinder cartas.

Vistazo preliminar

 

La cuarta con los señores de las runas, the Rise of the Runelords. Aunque he jugado una partida en la Society sacada de esa mega campaña, no me había acercado a ella. Si, he visto el libro, los dados de Q workshop... así que de alguna forma regresaba "one more time" al Rise.

Así que me puse a ver que tal. Y es de lo peor que me ha podido pasar. Es tan malo eso que me pasó, tan malo, que no me levanté de la mesa y le pegué una paliza a mi amigo de milagro. Es tan bueno el juego que ME LO VOY A TENER QUE COMPRAR. Horror. Lo peor que le puede pasar a un friki.

El juego es como una partida de rol, de Pathfinder, con sus personajes, sus moviditas... Esas cosas. La mecánica es sencilla, me recordaba un poco al Dungeoneer, y Javier decía que tenía también del juego Thunderstone, y que es básicamente, de gestión de mazos. Atiende al disfraz.

El responsable de esto, Javier Salmerón

 

Pues nada, que me cogí a Maerisiel (pa variar), Javier a Valeros y nos jugamos el comienzo de la aventura, tras la pista del dragón Black Fang. Risas, muchas, errores, algunos (las reglas son un poco revoltosas, pero son muy pocas) y la sensación -constatada por ciertos eventos del juego- de que el jugo se le saca a este juego en "modo campaña", con varios jugadores y grupos compensados. Como una partida de rol auténtica, vaya.

Y ahora, las peores noticias. Se puede jugar solo. Si, es chungo, a nosotros, y éramos dos, nos fue mal, también es cierto que estábamos viendo como iba el asunto, pero solo de pensar en ese acto de "onanismo rolero", pone. Mucho. Recomiendo jugar solo y elegir a Valeros o a Maricielo. Es lo que me dijo Javier y luego lo constaté. Y, desde luego, personalizarse el mazo de cartas de equipo de cada personaje.

 

En plena partida, más o menos así quedan las cosas. Los personajes sobre un escenario, explorando. Y dados como para lavar un coche.

 

La caja es enorme. Tiene mucho espacio, demasiado aire. Todo cartas y tal, y a su vez sirve como clasificador para todas las cartas, presentes y futuras. No estás pagando por componentes, estás pagando "know how", jugabilidad y rejugabilidad. Y expansiones, dicho todo de paso.Tenlo claro, porque es eso.

Estos hijos de mil padres de Paizo han descubierto la gallina de los huevos de oro: empecinarse en que repitamos, nos reecontremos con las mismas cosas en diferentes formatos. Y les sale bien. Muy bien. Sólo hay que decir que la "expasión" del juego es el incombustible We be Goblins!...

En fin, un disgustazo que me he llevado al disfrutarlo tanto. Me voy a arruinar... Entre Runequest 6.0, el Mouse Guard, Star Wars rpg, el core de Pathfinder en castellano, lo nuevo del Anillo Único y ahora las cartas de Pathfinder, tendré que robar un banco. Menos mal que tengo a mi amigo Javier con este Pathfinder de cartoncitos ya comprado. Alabado sea Asmodeo.

Ahí estaba Black Fang en versión tinki winki. Las figuritas no se incluyen, que conste. Al final lo matamos, roleándolo y todo. Porque a nada este juego se rolea.