Frikis, reuníos!

El mundo es de los frikis. Todo el mundo lo sabe, pero prefieren ignorarlo y continuar con sus vidas, familias, hipotecas, convencionalismos sociales y lobotomías varias. Ellos disimulan, nos miran de reojo, con recelo. Saben que lo sabemos. Tenemos el control... de nuestras mentes, que ya es pedir mucho.

domingo, 14 de julio de 2013

Dedicado a Iván

El pasado sábado en Generación X jugamos en una nueva jornada de la Pathfinder Society. Iba a hacer la reseña normal de ambas partidas, pero quiero destacar una cosa y es que Iván se marcha a vivir/trabajar a Noruega. Supongo que las razones os las imaginareis: se vive tan bien aquí y hay tan buenos sueldos que la gente no está cómoda y quieren apoyar con su esfuerzo a otros países y a sus gentes, a todos aquellos que no tienen tanta suerte como nosotros.

Iván es de estos abnegados españoles.

No os fiéis de su sonrisa: es un perverso master que no dudará en matar a vuestros pj, y más si se llaman Maricielo o Lady Scar...

 

¿Y quien es Iván? Pues es un tipo bajito, que lleva las partidas perfectamente preparadas, fotocopiado todo, muñequitos de papel impresos, rotuladores por un tubo y una bolsa/riñonera de dados con suficientes como para exportar. Y además es un gran master. Y el culpable de que Maricielo esté ya en nivel 7 después de haber jugado un buen montón de partidas en la Pathfinder, entre ellas las míticas de los goblin o aquella en la que Maricielo se convertía en robot... O la otra en la que Lady Scar se llevó 29 malos con una bomba atómica... (Todo esto está reseñado en este blog)

Dos jugadoras de la Pathfinder Society, Rosa y Paquita, intentando convencer a Iván para que se quede en España. Chicas, vuestro +12 a carisma no os va a valer de mucho.

 

Pues nada, que te deseamos lo mejor allá donde vayas. Y nos volveremos a ver, seguro. Y espérate que no acabemos todos allí, ayudando a los Noruegos a salir adelante.

Buen viaje, amigo.

(Pd: como en Navidad vas a echar de menos los villancicos te pongo uno para que veas lo que te pierdes y dejas atrás.)


 

miércoles, 10 de julio de 2013

Un poco de trasfondo para Maricielo (menores abstenerse, salvo que vayan acompañados)

El sol se filtraba por las cortinas marrones de la habitación. Maerysïel se levantó de la cama y decidió abrir la ventana. Somnolienta bostezó, se estiró como un felino, y cerró los ojos, dejando que el sol de primavera que suavemente caía en Egorian se posara sobre su piel desnuda. A punto de ronronear como un gato miró de reojo a la cama. Entre las sábanas se distinguían los rizos pelirrojos y una buena serie de curvas de la mujer con la que había compartido la noche...y buena parte de la mañana, ya que el sol estaba alto. Sonrió pícaramente y echó un vistazo al bullicio que se percibía desde su apartamento un no muy desvencijado cuarto en la segunda planta de un edificio en Dice End. Abajo, la ciudad bullía y ya había incluso alguna pelea. El dinero iba y venía rápido en Dice End, y las peleas eran un signo de ello. También lo eran las prostitutas, los shows eróticos, las partidas ilegales, las borracheras, los mercenarios y los pervertidos. Era Dice End. Es Cheliax. No hace falta decir mucho más.

 

 

Canturreando, la elfa se hizo dos coletas con su pelo casi blanco mientras poco a poco se iba desperezando. Podría ser un gran día... Quizás una buena partida de cartas... Pero antes hay que desayunar. Oyó un frufrú a su espalda y se puso tensa, alerta. Dos brazos femeninos la rodearon y la acariciaron los senos, para acabar rodeando su cintura. Un mechón pelirrojo cayó por sus hombros.

- ¿Has dormido bien?- preguntó la joven casi en un susurro.

- Si. - contestó la elfa dejando disimuladamente en el marco de la ventana el shuriken que había cogido- muy bien.

En la calle un hombre de casualidad miró hacia arriba y con una gran risotada celebró ver a dos mujeres desnudas al sol, aunque solo se les vieran los pechos. Maerysïel le enseñó el dedo central de su mano derecha mientras fruncía el ceño. Por menos de eso a otro hombre le habría sacado un ojo. Pero en Cheliax esas cosas no tenían demasiada importancia.

- Tienes tu dinero encima de la mesa - dijo como si tal cosa. Rápidamente notó como el abrazo de la mujer pelirroja perdió fuerza. Un segundo después la mujer se había quitado de detrás de ella. El tintineo de las monedas le dijo a Maerysïel a dónde había ido.

- ¿Nos volveremos a ver? Preguntó desde el fondo de la habitación, mientras el ruido de ropa dejaba claro que la joven se estaba vistiendo.

- Quizás - dijo la elfa sin quitarse de la ventana. - nunca se sabe...

- ya sabes dónde encontrarme - dijo la joven pelirroja mientras se dirigía hacia ella. Maerysïel se giró y se quedo mirando los ojos verdes de la chica con la que había pasado la noche. Se besaron con fruición mientras sus lenguas se cruzaban. La pelirroja sonrió y abandonó el piso con un cantarín "cuídate" como despedida.

La elfa, sonriendo se arrojó a la cama de un salto y se quedó mirando el techo, plácidamente, con una sonrisa de oreja a oreja. La habitación no había dejado de oler a sexo y ya estaba pensando en quien elegiría para esa noche...

Hacía tiempo que no tenía vacaciones, demasiado tiempo como para no aprovechar esos pocos días antes de volver a la Sociedad de Exploradores. No se podía quejar, pero de vez en cuando necesitaba volver a Egorian, a Dice End, para saber quien realmente era. Lo curioso es que había dejado esa perversa ciudad para intentar satisfacer la curiosidad por descubrir mundo que la reconcomía desde pequeña. Volvió a sonreír. Nunca estaba satisfecha por nada...

Se levantó con un acrobático salto de la cama mientras se colocaba apresuradamente una bata de seda que dejaba al descubierto casi la totalidad de sus largas piernas. Bajó por las escaleras y a la joven que había en la portería la pidió agua caliente para darse un baño. Cinco minutos más tarde se hundía plácidamente en su bañera, mientras canturreaba y sonreía, dejando que el sol, que entraba ya hasta más de la mitad de la habitación la cubriera por completo. Sólo cuando su estómago gruñó salió del agua, buscó una manzana y mientras se secaba silbando planeaba que hacer.

En una silla su armadura ligera, sus dagas, sus shurikens y su rapier. En la funda su nueva cimitarra. Y en la mesa de al lado todas las cosas que solía portar siempre, desde amuletos, monedas y el Wayfinder, lo que nunca dejaría atrás un Pathfinder.

Un toc, toc leve en la puerta hizo que su mano saltara como un resorte a una de sus dagas. Guardó silencio. Volvieron a llamar.

-¿ Si? - dijo con autoridad.

Una voz adolescente masculina sonó al otro lado de la puerta.

- Busco a Lady maerysiel.. Tengo un mensaje para ella.

La elfa sonrió. Nunca nadie la llamaba Lady. Se levantó, cogió una moneda de una de las bolsas de cuero de su cinturón y a medio vestir abrió la puerta. Ante ella un adolescente extendía una carta sellada con lacre rojo. Rápidamente reconoció la misiva.

- Gracias - dijo mientras le daba una moneda al chico que casi dejaba caer, embobado con la corta camisola que vestía la Pathfinder dejaba entrever tanto los senos como sus bragas de seda.

Con una sonrisa cerró la puerta. El balbuceante joven sólo consiguió dar las gracias cuando la puerta se cerró. Maerisyel estaba segura de que las gracias no eran solo por la moneda...

Rompió el lacre con la daga y leyó sin sorpresa. Una carta de la Pathfinder Society siempre era reconocible. En cinco días tenía que estar en la Logia. En dos estaría allí. Otra misión más. Quizás otra con Taleros, Lady Scar... Quien sabe. Con la Pathfinder Society nunca se sabe.

Se vistió con la cota cuero en vez de con la de malla y se ajustó el cinturón, el rapier y escondió varias de sus dagas. Mientras lo hacía planificaba los tres días que le quedaban antes de marchar.

Bajó rápido las escaleras, sin hacer ningún ruído, solo el apagado roce de su aceitada cota de cuero. Justo cuando iba a salir del portal, una voz femenina preguntó a sus espaldas:

- ¿Estaba bien el agua, señora?

- perfecta - respondió con una pícara sonrisa girándose levemente para observar a su interlocutora.

- Que pase un buen día- dijo la joven criada.

- No será uno, serán tres -contestó la elfa mientras se zambullía en el bullicio de la calle.

 

domingo, 7 de julio de 2013

Reseña de las Matutano Jornadas con el Pathfinder Chetos Club: zemoz goblinz too, ó como hacer de un cerdo una máquina de matar...

Con un sol de justicia, de esa que no hay en los tribunales, nos reunimos en estas friki jornadas para compartir calorina, rol y chuches, esas cosas que nos molan.

Partida: Zemoz Goblinz Too, segunda parte de la archifamosa We Be Goblins.

Lugar de encuentro: Torrejón de Ardoz.

Pone la casa: Nagash.

Dirige la partida: Iván el Noruego.

Jugadores: Victor que lleva a Chuffy, un rogue goblin, Pedro que lleva a una guerrera llamada Raga (creo), Nagash que lleva a -como no podría ser de otra manera- un alquimista y yo que llevo a Poog, un clérigo con un sapo en la cabeza.

Voz en off: Aída, la novia de Nagash que estaba jugando al Mass Effect, totalmente imbuída en la partida. En la de Mass Effect, digo.

 

 

Pues nada, somos goblins. Nuestra anterior tribu ha desparecido en una mascletá organizada por ellos mismos con los cohetes que conseguimos en la anterior misión y han muerto todos, así que nos vamos a buscar a otra tribu para, supongo, intentar hacer amigos.

Encontramos a la tribu de los Mascapájaros, que nos dicen que les molamos pero que tenemos que ser los "más mola" de ellos, así que nos ponen varias pruebas. La primera es acertar a unos pájaros con los ojos vendados, la segunda es en un barranco pasar por postes y matar estirges a pisotones, calzados con botas de humano, y la tercera es salir de un caldero excavado en la piedra antes de que nos coman unas águilas sin alas a las que han metido ahí (!).

Si, estas son las mierdas a las que se dedican los goblins y que por eso son tan encantadores. Cumplimos como podemos con los juegos, acertamos a unos pájaros, pisamos unas cuantas estirges (yo me caigo del poste y me hostio) y escapamos del caldero casi indemnes. El ganador total del evento es Nagash y su alquimista. La tribu nos reconoce como ganadores, pero no seremos los "más mola" hasta que mo venzamos a un Ogro que les putea y a su mascota, un jabalí.

Así que allá que te vas, en busca se estos seres para ver si nos aceptan en la tribu. Rápidamente nos damos de bruces con el jabalí. Iván, en un clásico de sus últimas partidas y que será redundante en esta, saca una mierda de iniciativa y al jabalí le damos con todo. Y digo bien, porque hay que reconocer que de la lectura atenta de las cosas que llevamos en las hojas pregeneradas de personajemás más las que conseguimos por ganar los juegos goblins esos vamos bien chetizaditos. En concreto yo llevo un collar de bolas explosivas de dos bolas de 3d6 y una de 5d6. Luego, al final descubriría que aparte de la varita de curar y potis varias llevo una de cinco cargas de Fireball...

El jabalí es tocho, pero nos lo bajamos bastante bien... Cuando llega su primer turno ya va con 20 de vida menos...

Superado el primer obstáculo, curadas las heridas a varitazos, nos dirigimos al segundo, el cubil del ogro, que básicamente es una granja rodeada de un riachuleo. En la entrada de la misma, varias cabezas de goblins cortadas y clavadas en picas atestiguan como se las gasta el tipo...

Investigamos un edificio y dentro descubrimos a un jabalí y a otro, más pequeño, que rápidamente corre a nuestro encuentro. Resulta que es el jabalí de la primera aventura de Zemoz Goblinz, un bicho al que teníamos que intentar cabalgar. Saco las tiradas de hablar con animales y le digo que va a ser nuestra mascota, mientras los demás dan cuchichi al otro jabalí malo.

Y aquí viene el momento tonto, o goblin, como ustedes prefieran, cuando se nos ocurre ponerle unas lanzas a los lados de la cabeza y otra arriba de la testud... En fin. Entre sonoras carcajadas se me ocurre llamar a este engendro "misil tocino".... Alguien habla de darle algunas de las potis de aliento de fuego y hacemos la prueba. Eructa en mi cara y me como 7 de daño. Aún así insistimos y le damos otra mientras le digo que vaya delante de nosotros y que si sale algún malo que ataque. Seguimos riendonos un buen rato más...

Misil tocino. Cambien los cuernos por dagas y en la cabeza átenle una lanza. De cagarse.

 

 

Entramos en la casa grande, pero previamente sellamos la puerta principal con cola. ¿Porqué? Porque si. Somos goblins.

Accedemos por una rampa y nos encontramos con un hurón gigante. Una vez más Iván caga la iniciativa, ataca misil tocino y... El hurón se come 12 de daño, ante las palmas y el jolgorio generalizado. Hubo un momento en el que ya no podíamos reirnos mas...

El ataque de misil tocino: el círculo es el hurón gigante. Arriba los dados de daño tirados por Iván.

 

 

Rematamos al hurón y justo en ese momento aparece un ser que identifiqué equivocadamente con el ogro. Era una mujer muy fea, más queneso es que daba mal rollo, era como los muertos de la peli The Ring. El caso es que rápidamente se come un montón de daño, pero antes de que caiga sale corriendo. Nosotros detrás, por supuesto. Ascendemos por la casa y llegamos a la ültima planta y allí nos espera el ogro, el boss. Joer que mala pinta tiene el tío. Saca una mierda iniciativa y le lanzo Lo que me quedaba en el collar y un Fireball. A pesar de tener resistencia a fuego se traga 15 de daño solo con el fireball, más el resto. Los demás hacen lo que pueden y cuando llega su turno carga contra mí. Crítico. Tirada de Iván para conformarlo: 20. Estupendo. Estoy muerto. Adiós Poog... Menos mal que Pedro, que mantiene los nervios fríos incluso ante un ataque nuclear, se pone a contar y descubre que estoy a -11 de via, a 3 de morir. Buf.

Todo se acelera. El alquimista mete bombas de ácido, quieren meterme una poción pero no hay forma de hacerlo, me retiran a rastras del combate... Al final a tastras salgo de la habitación con una poti en el gaznate metida por Chuffy y termino con +15 de vida.

Al ogro le soltamos todo y falla sus ataques. Al ver que la cosa se pone chunga intenta escapar convertido en murciélago... Subimos al tejado y mientras sale aleteando le soltamos todo...y le matamos....jajajajajajaja! Carcajada momumental!

Estupenda la tarde, estupendo lo del cerdo, estupendo todo.

La semana que viene, el 13, repetiremos en la Pathfinder. Allí llevaré a Hellhound, el guerrero Cheliax, al que le voy a meter los puntos y la pasta de la misión goblin.