Frikis, reuníos!

El mundo es de los frikis. Todo el mundo lo sabe, pero prefieren ignorarlo y continuar con sus vidas, familias, hipotecas, convencionalismos sociales y lobotomías varias. Ellos disimulan, nos miran de reojo, con recelo. Saben que lo sabemos. Tenemos el control... de nuestras mentes, que ya es pedir mucho.

domingo, 17 de julio de 2011

Transformers 3: que el Fin del Mundo sea así, por favor.

Pues si. Después de ver como van nuestras relaciones incestuosas con nuestras primas -las de riesgo, además- los USA al borde de la quiebra, Bélgica en el bordillo e Italia en el banquillo, redescubro que este fin del mundo está siendo un auténtico coñazo, un tostón en toda regla. Siempre he pensado que el fin del mundo, ese que esperamos desde el Día del Terror que anunciaba Nostradamus para el 99, sería a manos o de un meteorito, o de unas naves nodrizas alienígenas... pero no. Vamos a acabar tapados por facturas, las nuestras y la de los demás, hasta morir por asfixia. Menos mal que mientras tanto nos podemos entretener con frikadas como Transformers 3. Que bien me lo pasé, previo mosqueo de pagar para verla en 3D.
   Y es que refleja perfectamente mi ideal de Fin del Mundo como Dios Manda y como un friki podrá desear: supercoches, superhostias, superarmas, superdestrucción, superpivas... así da gusto, joder.
  Me sorprende ese momento crítico que le entra al gafapastismo friki de considerar que obras maestras como esta -muy superior a la segunda parte, todo hay que decirlo- y otras como Independence Day o el Día de Mañana son malas. No señor. Son muy buenas porque cumplen con el lema de estos Finales de Época: es la misma mierda que las otras pelis que van de presuntuosamente intelectuales pero pintada de colores, con un magnífico envoltorio y un sabor magnífico, como ese postre que deseas que llegue mientras engulles la comida que te han colocado en el plato a toda prisa.
   Transformers 3 es una buena película con escenas muy bien narradas (la 101 División Aerotransportada ahora si que es "aero") secuencias de acción muy elaboradas, un magnífico 3D a una velocidad de vértigo y todas las chorraditas que nos gustan a los frikis, incluídos los momentazos de la piva con tacones en mitad del Apocalipsis sin perderlos. Insuperable.
   Y cosas así son las que me hacen mantener mis esperanzas de un Fin del Mundo con fuegos artificiales. Ya que nos nos va a salvar ni dios, por lo menos que muramos con una sonrisa y no aplastados por el euribor.